¿Las empresas están verdaderamente
comprometidas con las prácticas ambientales o simplemente sus acciones
están enfocadas a tener una mejor imagen ante los grupos de interés y
una propaganda que se ha comenzado a llamar “lavado verde” o
“greenwashing”? Un estudio reciente comenta que desgraciadamente la
segunda idea es la más cierta. Los ejecutivos se muestran escépticos de
que los esfuerzos ambientales corporativos atraerán a los consumidores, y
en la misma línea, los consumidores han expresado sus dudas de que las
reclamaciones del ambientalismo corporativo sean genuinas. Existe una
desconexión entre la voluntad corporativa de implementar mejores
prácticas ambientales y la aplicación real de estas prácticas (junto con
los beneficios tanto en imagen pública como en mejor desempeño
económico).
El hecho de que muchas empresas hacen
promesas con relación al medio ambiente y dedican un espacio a las
cuestiones de sustentabilidad en sus sitios web es un testimonio de los
logros del movimiento ambiental, pero cambiar las buenas intenciones en
prácticas cotidianas es harina de otro costal.
Esto genera una pregunta importante:
¿Las empresas deben proclamar su compromiso con el medio ambiente en sus
estatutos de responsabilidad social corporativa? La respuesta es “Si”,
si una empresa anuncia sus mejores prácticas ambientales en el sitio
web, pero aún no las pone en práctica, no es una empresa responsable. La
presencia de algunas de las mejores prácticas ambientales en medio de
una multitud de empresas poco responsables comienza a dar frutos y hace
que verdaderamente el compromiso ambiental colocado en sus estatutos de
RSC se haga realidad y de esta forma más empresas se esfuercen en lograr
mejores prácticas de medio ambiente.
Desde un punto de vista práctico, las
empresas tienen que empezar a ser ambientalmente responsables porque los
procesos que actualmente tienen pueden ser mucho más eficientes y
evitar desperdicios, y por lo tanto contaminación. Actualmente en México
existen empresas proactivas que han estado, desde hace años, mejorando
sus procesos y obteniendo beneficios económicos (no es broma) de estas
mejores prácticas ambientales. En este momento nos encontramos en un
camino que se divide, las empresas tradicionales que tienen visión de
corto plazo y las empresas que ven el medio ambiente como una opción de
generar ahorros y están invirtiendo en esto. Nuestras decisiones están
marcando el futuro de las próximas generaciones, ¿cuál será la decisión
de tu empresa?