Según el informe El río Nilo, entre la contaminación y la pérdida, publicado recientemente por el Centro Habi para los Derechos Medioambientales, los más de 300 hoteles flotantes entre las ciudades de Luxor y Asuán son los responsables de la contaminación del Nilo, al descargar en él sus aguas de desecho.
“El problema es que sus sistemas para el tratamiento de aguas residuales no son suficientes: no tienen los canales para descargar rápido y hay pocos lugares para recibir y tratar esta agua”, dijo el director de la División de Investigación Medioambiental del Centro Nacional de Investigación (CNI), Ahmed Shaban.
Los impactos de este “sucio” turismo para la salud pública no son menores ya que, según el informe, 17 mil niños mueren de gastroenteritis al año por beber agua contaminada del Nilo, mientras que los fallos renales, también ocasionados por tomar agua sucia, son cuatro veces más comunes en Egipto que en el resto del mundo.
La causa son las altas concentraciones de bacterias fecales que pasan desde los baños de los barcos hasta las aguas del río.
“Cuando analizamos el Nilo, no encontramos bacterias comunes, encontramos de todo, hasta patógenos que no hay en Egipto”, afirma Shaban, que junto a su equipo se dedica a realizar controles de calidad del agua desde Asuán a Alejandría.
La factura de estos paseos turísticos, según el mismo informe, también incluye una reducción significativa de la biodiversidad acuática, con la desaparición de 33 tipos de peces y el peligro de extinción para otros 30.
Además, el documento informa de un 50 por ciento de pérdidas en la agricultura por el uso de esta agua para el riego y un gasto de unos 500 millones de dólares al año a consecuencia de las toneladas de contaminantes industriales, agrícolas, médicos y turísticos que se vierten en lo que constituye la principal fuente de agua del país.
La solución, según el representante del CNI, tiene dos fases: que el gobierno aplique la ley para que los dueños de los barcos adopten medidas de protección del medio ambiente, y que los mismos dueños tengan la voluntad de invertir en ello y construyan más centros de captación de aguas de desecho.