Representantes de comunidades mayas,
organizaciones de apicultores, empresarios de la miel y organizaciones
ambientalistas en ocho de las principales zonas arqueológicas de Yucatán
se manifestaron en contra de la siembra de transgénicos.
Cerca de 23 organizaciones de la región
comenzaron con la recolección de firmas para que el estado quede libre
del cultivo de transgénicos ya que desde 2011 el gobierno federal le
concedió la autorización para la siembra de 30 mil hectáreas de soya
transgénica a la empresa transnacional Monsanto.
Las organizaciones aseguran que este
tipo de cultivo ha traído una serie de daños importantes entre los que
destacan la introducción de polen de soya transgénica a la miel,
producto que es la principal fuente de ingresos familiares en la zona,
por lo que ha habido una caída del 15 y 20 por ciento en el precio de la
miel en el extranjero.
Xavier Moya García, director de la
Oficina del Programa de las Naciones para el Desarrollo (PNUD) en la
península de Yucatán, explicó en conferencia de prensa que se ha
recomendado suspender por lo menos dos años el cultivo de este tipo de
alimentos, lo anterior con base en inspecciones que han realizado
representantes de las Naciones Unidas.
Será el 23 de mayo cuando se dé la
audiencia constitucional de alegatos entre las partes tras la solicitud
de amparo que interpusieron productores de la península y Greenpeace
México ante un juez federal quien resolvió una orden de suspensión
provisional para los cultivos transgénicos.
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