miércoles, 31 de julio de 2013

2020 es la meta global para eliminar el maltrato de animales de producción


En la actualidad sólo los países desarrollados han establecido leyes y normas que protegen a los animales en la industria de alimentos. Han demostrado que el bienestar animal es tan importante como el bienestar humano, debido a que fomentar criaderos en buenas condiciones los hace más productivos y saludables.

Así lo aseguró Elissa Lane, directora de Animales de Consumo de Humane Society International (HSI) durante el seminario “Campaña de animales de producción en México”, quien agregó que, al igual que los perros y gatos, los cerdos y las gallinas son animales sensibles que no merecen el trato cruel que reciben en las granjas.

Con estándares más elevados de bienestar animal, en sistemas libres de jaulas de batería, las gallinas y los cerdos pueden expresar más comportamientos naturales. Ellos tienen derecho a caminar, socializar y en el caso de las aves, estirar las alas y poner sus huevos de manera natural.

Desde finales del siglo pasado, el mundo está dejando atrás el maltrato de animales de producción, por los beneficios que aporta a éstos y a los consumidores. En 1992, Suiza prohibió las jaulas en batería. La Unión Europea vedó el uso de las jaulas en 2012, mientras que en Estados Unidos ya impidieron esta práctica de confinamiento.

En la India establecieron una ley en contra del maltrato animal de producción y cada vez más estados en este país están declarando que el confinamiento en jaulas en batería viola la ley en contra del maltrato.

Sin embargo, no es sino hasta el año 2020 que se prevé establecer a escala global la prohibición de la crianza de gallinas y cerdos en jaulas de este tipo que confinan a los animales.

Las gallinas y los cerdos son animales que sólo les falta hablar. Sienten, se estresan, sufren dolor y miedo como los humanos, por lo que se considera que deben gozar de un bienestar común, como un derecho internacional.

Los cerdos son animales altamente inteligentes, sociales y capaces de sentir miedo, dolor y estrés. Estudios realizados han demostrado que son más inteligentes que los perros e incluso que algunos primates; incluso, los científicos refieren estudios que han comprobado que los cerdos tienen la habilidad de jugar videojuegos, aprender uno del otro e incluso, aprender nombres.

En la industria porcina la mayoría de las cerdas reproductoras se encuentran confinadas en celdas de gestación durante los cuatro meses de gravidez, jaulas de seis metros de ancho por 2.1 de largo, apenas del tamaño del cuerpo del animal, que le impiden darse vuelta. Luego, son puestas en otra jaula para dar a luz y después son reintegradas y colocadas en la jaula de gestación, esto ocurre una y otra vez a lo largo de toda su vida, durante la cual se suman años de virtual inmovilización.

Las cerdas enjauladas no expresan comportamientos naturales importantes, como pastar, revolcarse o comportamientos sociales. Como resultado de este confinamiento las cerdas sufren estrés y alteraciones de tipo psicológico, además de una serie de males físicos, entre los cuales se incluye infecciones en las vías urinarias, huesos debilitados, entre otros.

En México, son escasas las granjas avícolas y porcinas que implementan sistemas de respeto a la vida animal de producción. Utilizan mecanismos viejos y obsoletos en la producción de animales comestibles, por lo que se recomiendan programas en contra del hacinamiento y confinamiento de estos animales que se desarrollan en jaulas de batería.

“HSI está trabajando alrededor del mundo para eliminar el confinamiento extremo de animales de producción, pero no tenemos un pronóstico para que se establezcan prohibiciones a nivel mundial”, concluyó Elissa Lane.

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