La mayor parte de éstas se ubicaban en
Chiapas, señaló el investigador de la casa de estudios mexiquense.
Algunas de estas flores ya no se pueden encontrar en el ambiente
natural, y sólo se cultivan en huertos.
“Un ejemplo claro es el de la orquídea
Cattleya chilapense, que se encuentra en los huertos particulares de
Chilapa de Guerrero”, dijo el estudioso.
Otra de las especies amenazadas, detalló Bastida Tapia, es la Laelia gouldiana.
Dentro de los principales factores que
amenazan a las especies de orquídeas están el cambio climático, el
saqueo de flores para su venta y la deforestación de bosques y selvas.
Además, el cambio en el uso de suelo y
la presencia de barrenadores que dañan los frutos, así como la falta de
una cultura forestal por parte de los habitantes que se encuentran en
las comunidades cercanas a las zonas donde se localizan las orquídeas.
En una exposición ante catedráticos y
alumnos de Chapingo, Bastida Tapia destacó la labor que se realiza desde
hace 15 años al recolectar estas flores, que tienen resguardo en un
invernadero.
Señaló que provienen de 150 especies de
orquídeas, principalmente de Chiapas, Oaxaca, Yucatán, Guerrero,
Morelos, Estado de México, Puebla, Veracruz e Hidalgo.
La Orchidaceae Laelia anceps dawsonii es
también conocida como la “Laelia de Muertos”, es una especie endémica
de Guerrero, particularmente de Chilapa.
Esta flor de gran belleza también es
conocida como “calaverita”, y se encuentra protegida por la Norma
Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001.
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