Con el cambio climático, este fenómeno
ocasiona modificaciones en la tasa de evaporación del agua, método que
es usual en los sistemas agrícolas, pero que desde la década de 1990 sus
porcentajes se han visto disminuidos, lo cual refuerza la hipótesis de
que el oscurecimiento global podría ser una de las causas del atraso de
los monzones en África, situación que han devenido en azotes de
hambruna.
La Universidad de Wisconsin, Estados
Unidos, ha documentado que en el mundo la radiación solar va a la baja, y
que entre 1950 y el año 2000 el oscurecimiento global ha sido
diferenciado; 9 por ciento en la Antártida, 10 por ciento en EU, 30 por
ciento en Rusia y 16 por ciento en Gran Bretaña.
El climatólogo japonés Atsumu Ohmura fue
el primero en intuir el oscurecimiento global en 1989, basándose en la
radiación solar y el balance energético de la Tierra, fenómeno que es
compuesto por las partículas de contaminantes que son depositadas en la
atmósfera, como es el hollín, un contaminante que además de ser poco
estudiado puede ser muy dañino para la salud. Ahora se sabe que este
compuesto empieza a conformar una capa que cubre al planeta, de ahí su
nombre de oscurecimiento global.
Cabe mencionar que la contaminación del
aire es uno de los grandes problemas mundiales y se le relaciona con las
más de tres millones de personas que mueren al año por problemas de
salud tales como la neumonía o la bronquitis crónica.
De acuerdo con datos del Centro Columbia
de Salud de Estados Unidos, la exposición a la contaminación
atmosférica derivada de la polución en las mujeres embarazadas puede
repercutir en los bajos índices de coeficiente intelectual en los fetos.
Investigadores de este centro relacionaron ambos factores y concluyeron
que las toxinas presentes en la atmósfera pueden lesionar al cerebro
durante su formación.
Al respecto, el subsecretario de
Planeación y Política Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y
Recursos Naturales de México, Fernando Tudela Abad, comentó que todas
las contaminaciones emitidas en cualquier nación repercuten de manera
global al problema y actualmente el hombre está realizando
“experimentos” no imaginados con la atmósfera, lo cual se ha visto
reflejado en cambios drásticos en la biodiversidad y los ecosistemas del
planeta.
Esto ocurre, por ejemplo, en las arenas
que vuelan del Sahara y llegan hasta a América, tal como explica Tudela.
“El mundo natural se globalizó antes que la economía, por eso es tan
importante que los temas de medio ambiente se discutan en foros
multilaterales de las Naciones Unidas”, comenta el funcionario. Esto
debido a que el compartir la atmósfera y los océanos nos lleva a tener
una conciencia similar en materia de conservación y establecer acuerdos
mundiales en mitigación del cambio climático, pese que el
multilateralismo es lento y engorroso, enfatizó.
Si tomamos en cuenta la pérdida de luz
solar de las últimas cinco décadas, la temperatura promedio del planeta
se ha elevado al doble de lo marcado en los registros internacionales;
esto indicaría que en los últimos 25 años la temperatura media del
planeta ha aumentado casi dos grados centígrados. De seguir está
tendencia en 20 años se podría presenciar durante el verano el
descongelamiento de Groenlandia y del Polo Sur, algo nunca visto en la
vida del planeta.
Tal como lo indica la BBC de Londres en
un documental sobre cambio climático, esta situación acarrearía la
posible liberación de diez mil millones de toneladas de metano que están
bajo el subsuelo marino, esto por el calor, y ello, echaría por tierra
las medidas de mitigación que la humanidad fije para este siglo, ya que
el metano calienta al planeta 21 veces más rápido que el dióxido de
carbono.
En referencia a trabajar sobre el
hollín, uno de los elementos que incide tanto en el calentamiento como
en el oscurecimiento global, el premio Nobel mexicano, Mario Molina, en
diversas ocasiones ha declarado que éste proviene de las emisiones de
vehículos a diesel y la quema de biomasa, involucrando a los sistemas de
calefacción y alimentación de muchos campesinos del planeta. Este
compuesto, junto con el metano, se encuentra en cantidades menores en el
aire, pero son más perjudiciales para el medio ambiente que el dióxido
de carbono.
De acuerdo con las descripciones
científicas, el hollín contribuye al calentamiento absorbiendo la
radiación solar tanto a nivel de la superficie del planeta, donde las
partículas son depositadas, por ejemplo en la superficie de la nieve que
cubre ciertas zonas del planeta, como en el aire, sin dejar que se
refleje la radiación solar al espacio.
“Quiero decir esto con mucho énfasis: no es suficiente enfocar las acciones solamente en el bióxido de carbono.
“Quiero decir esto con mucho énfasis: no es suficiente enfocar las acciones solamente en el bióxido de carbono.
Ahora existe un consenso entre mis
colegas respecto a la urgencia de controlar esos otros compuestos
—metano y hollín—, que implica llevar a cabo una enorme revolución
cultural e industrial”, enfatizó.
Por José Morales
Fuente: PNUMA, FAO, Cepal
0 comentarios:
Publicar un comentario